viernes, 26 de octubre de 2007

Corto


Aquí lleváis el artículo sobre la exposición de Corto Maltés en Madrid que ayer sacó Público. Se le agradece el detalle de acordarse del marino, pero hay que reconocer que saca poco jugo: pasaré por alto que ha convertido Las célticas (mi libro favorito de la saga) en Los célticos; pasaré que habla más de Vasco, el personaje de Isusi (qué bien le ha salido la jugada, aparece junto a Corto pero lo descalifica por poco real, frente a su creación, que por lo visto es superreal. Quizá por eso no es un icono, como el Maltés), que de Corto; pasaré eso de ochentero en un tipo que cumple 40 años y ha vivido las Guerras Mundiales... En fin, da igual, eso de que te asalte la gorra marinera a las nueve de la mañana haciendo la revista de prensa es un regalo. Os dejo además un enlace de El Viajero con las rutas de Corto por el mundo. Como las que aparecen en el reloj Swatch, Boca. Creo que de este otoño Venecia ya no pasa.
Corto Maltés, madurito resultón

(Público, jueves 25 de octubre de 2007, página 44).

Seis páginas originales y 25 litografías celebran en la galería Sins Entido los 40 años de la mítica serie de Hugo Pratt


Peio H. Riaño. Madrid

La oreja izquierda agujereada según los códigos de los marinos mercantes británicos del sigloXVII, arrogante, subversivo, con traje marinero calado hasta la gorra, cigarrillo de liar, cínico y un puntito nostálgico. Un tipo especial capaz de abrirse una línea de la fortuna en la palma de la mano con una cuchilla de afeitar de su padre, porque una gitana cordobesa llamada Amalia le dice que no tiene. Él, y sólo él, tiene voz y voto en el montaje de su destino.

Le conocemos desde hace cuarenta años, cuando apareció en La balada del mar salado (publicado, como el resto de su obra, por Norma Editorial). Todos sabemos de sus aventuras y andanzas, incluso algunos casi se han cansado de ellas y de verle merodear tan a menudo más allá de las viñetas. Pero, ¿sabemos quién es Corto Maltés? Se han escrito tantas cosas sobre él, que es posible que le hayamos perdido la pista.

¿Quién dijo romántico?
Para empezar, de héroe romántico nada de nada: “Me parece el paradigma del héroe postmoderno, porque está de vuelta de todo. No lo he visto emocionarse nunca y eso es totalmente ochentero. Lo único romántico que hay en la serie son los ambientes y las situaciones que genera Hugo Pratt”. Palabras de Javier de Isusi (Bilbao, 1972), quien ha visto en el personaje del dibujante italiano una referencia para crear su saga interpretada por Vasco (La pipa de Marcos y Los viajes de Juan Sin Tierra, en Astiberri), un tipo mucho más real que el propio Corto.

Por si nos quedan más ganas de Corto, hoy se inaugura en el Espacio Sins Entido, en Madrid, una exposición que mostrará seis originales (extraídos de las páginas de La balada del mar salado, Los célticos y Las etiópicas) y una serie de 25 litografías del autor de Corto Maltés. De esto por aquí sabemos poco, porque apenas se han enseñado en dos ocasiones originales de esta serie universal.

Elegante y cínico
¿Pero qué hace un tipo vestido de marinero en medio del desierto africano?Hugo Pratt (1927-1995), el padre de este tipo tan especial, juega con mucho humor al absurdo del destino y las hazañas del aventurero prototípico. En cierto modo, como le ocurría a Tintín, se encuentra sin quererlo en entuertos de los que debe salir como sea. Con mucha cintura cínica, propia de los héroes de los años 40. “Se relaciona con las mujeres a lo Bogart y tiene la elegancia de Gregory Peck”, confirma Javier, que hace referencia al carácter cinematográfico del corsario.

Conocedor y seguidor de Corto, Javier de Isusi, que en estos días ultima el guión de la cuarta entrega de los viajes de Vasco, piensa que “es muy personaje, porque como persona sería imposible y un verdadero rollo. En el caso de mi protagonista, Vasco, es una persona real que intenta ser un personaje”. De hecho, todos los tipos de la serie son reales menos Corto Maltés y Rasputín, los dos grandes protagonistas. Quizá por eso la salsa del éxito de Hugo Pratt y Corto Maltés resida en la galería infinita de personajes tan secundarios como deliciosos.

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