jueves, 1 de octubre de 2009

Bajo el cielo protector

Vengo de caminar por la noche fresca de Rabat. Un paseo a solas y en silencio para intentar captar la esencia de la ciudad en los resquicios del trabajo agotador. Vengo de ver a tres chicas comprando tabaco mientras tomaban una cerveza. Normal sería si las chicas fueran turistas, no marroquíes. Ahí está la cara, pero también he visto la cruz, ojos de mujer que traspasan las ventanas, enmarcados en pañuelos oscuros o alegres, atrapados en casa mientras fuera el mundo bulle. Vengo de ver a los barrenderos de primera hora, que limpian las calles con ramas de palma y que, como los taxistas, se ofrecen a la mujer sola hasta sin cobrar, porque no es bueno verla así, bolso en ristre y llenando las calles con los tacones. Mujeres en Marruecos. Ésa sí que es una batalla hermosa para librar.

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