lunes, 5 de abril de 2010

Regreso a Meung

"El primer lunes del mes de abril de 1625, el burgo de Meung, donde nació el autor del Roman de la Rose, parecía estar en una revolución tan completa como si los hugonotes hubieran venido a hacer de ella una segunda Rochelle. Muchos burgueses, al ver huir a las mujeres por la calle Mayor, al oír gritar a los niños en el umbral de las puertas, se apresuraban a endosarse la coraza y, respaldando su aplomo algo incierto con un mosquete o una partesana, se dirigían hacia la hostería del Franc Meunier, ante la cual bullía, creciendo de minuto en minuto, un grupo compacto, ruidoso y lleno de curiosidad...".
Feliz aniversario, dumasianos...

8 comentarios:

Miguel dijo...

comadre, ya sabrás que tu "jefe" estará el miércoles por nuestras tierras con su nuevo libro...*

Unknown dijo...

Sí, hermano, sí, pero a esas horas todavía hay un periódico por cerrar y me va a ser imposible ir (y tirarle de las orejas por lo que le hace a Pepe Lobo y exigirle que escriba de una vez el Alatriste en el que el capitán ha de encontrarse con los mosqueteros). ¿Sabes que cada día escribes mejor?

Miguel dijo...

yo intentaré ir, pero lo veo muy difícil. Y no creo que cada día escriba mejor. Como mucho, tengo mis días. (Y cada vez tengo menos días). :). Muchas gracias, en cualquier caso, comadre. Por cierto, cuando puedas intenta ver la peli "Ajami". Te va a interesar. Un abrazo infinito.*

Anónimo dijo...

FELIZ ANIVERSARIO

La gata Roma dijo...

Muuuuchas felicidades, y que sean muchos más, y que yo los lea…

Tengo que comprarme en breve un tocho gaditano cuyo personaje por lo visto es un hijo de puta.. ¡me encanta!

Unknown dijo...

Mercedes, el malo es canalla pero humanísimo. Te va a encantar la historia de amor entre Lolita Palma y el capitán Lobo. Y me dirás si no te dan ganas de matar al jefe por lo que les hace. Uggggg

(un besazo)

Unknown dijo...

Siempre, vivan los clásicos

Unknown dijo...

Hay que volver a ellos siempre para respirar entre tanto contemporáneo zafio, Minaya. Aunque soy más de Balzac que de Dumas, si se me permite decirlo